En una sartén a fuego bajo-medio, derrite la mantequilla.
Una vez derretida, agrega la harina y sigue cocinando mientras revuelves la mezcla con una cuchara de madera para formar una pasta.
Poco a poco, agrega leche fría y usando un batidor metálico, sigue revolviendo hasta que espese. *Nunca dejes de revolver, así evitarás que se formen grumos.
Condimenta con sal, pimienta y nuez moscada. Una vez esté a punto de hervir, baja el fuego y sigue cocinando la salsa bechamel por 8 a 10 minutos. Añade más leche, de poco a poco, si necesitas la salsa bechamel más fina. Todo depende le para qué la necesites.